La herramienta para detección y localización de fuga de agua más adecuada es el dispositivo con sistema de Termografía (Escáner Termográfico), con ella se puede ver con una enorme precisión la carga térmica que contienen las paredes, los suelos y los techos entre plantas.
Al detectar con escáner termográfico una fuga de agua, se percibe un color que sigue una línea gruesa (el diámetro de la tubería) y que en un lugar pierde esa forma y se dispersa en los alrededores en forma de abanico, mezclándose con el color predominante alrededor.
La precisión que nos brinda el Localizador Termográfico hace que la obra de arreglo de la avería siempre afecte a la zona exacta y adecuada y no provoque desastres innecesarios y desproporcionados.
En el caso de una fuga de agua en el subsuelo, la localización se puede conseguir por escucha, con el sensor electro-acústico, o «geófono». Su sensibilidad acústica le permite ver más allá de los límites que tiene el escáner termográfico pero con una precisión inferior, lo que no representa un problema ya que obras en el exterior permiten tratar zonas mayores en el proceso de saneamiento de la avería.